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     Iglesia
    del
    siglo
    XVII
    que
    había
    perdido
    la
    ornamentación. 
    La
    gran
    bóveda
    de
    la
    nave,
    Carles
    Arola
    la
    concibe
    como
    un
    gran
    conjunto
    mural
    que
    evoca
    los
    grandes
    celajes
    que
    se
    pintaban
    en
    la
    época
    barroca,
    pero
    con
    un
    tratamiento
    del
    todo
    contemporáneo,
    abstracto.
    Es
    la
    representación
    del
    Macrocosmos, 
    En
    los
    lunetos,
    a
    lado
    y
    lado
    de
    las
    ventanas,
    se
    entreven
    unas
    figuras
    evocadoras
    de
    la
    historia
    medieval
    de
    la
    región,
    ligada
    a
    los
    caballeros
    del
    Temple,
    y
    de
    las
    epopeyas
    cristianas
    cantadas
    por
    los
    trovadores,
    como
    las
    del
    Santo
    Grial. 
    Por
    debajo
    del
    nivel
    de
    cornisa
    las
    bóvedas
    se
    convierten
    en
    cielos
    estelares. 
    El
    conjunto
    de
    frescos
    debajo
    del
    coro
    representa
    el
    Microcosmos. 
      
    El
    conjunto
    mural
    ocupa
    más
    de
    1000m2.  |